En un jardín crecía una planta de guisantes, se parecían todos unos a otros y vivían tranquilamente. Todos menos uno, que quería ser diferente. Pero atreverse a ser diferente tiene un alto coste, pero también una gran recompensa.
Un bonito cuento con un final delicioso y tierno, con el que disfrutamos en uno de nuestros cuentacuentos de los jueves.
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